En fiestas el traje típico de los hombres era: pantalón de paño fino semilargo, acampanado en las bocas, que llevan tres botones; chaleco con solapas cortas del mismo paño y ribetes de terciopelo, chaqueta corta con solapas adornada con dos o tres botones a cada lado que no se abrochaban; camisa de lienzo y cuello de tirilla, calzas de lana cruda y gruesa, blanquecina y sujetas a la rodilla con una cinta; faja de lana de vivos colores y albarcas de suela de cañamazo con cintas negras y anchas. Usaban también la clásica capa castellana de paño grueso, adornada con ribetes de terciopelo y bordes inferiores de seda roja, tocándose entonces con sombrero de paño negro de anchas alas circulares.

 

Las mujeres vestían de “piñorras” cuyo traje se componía de blusa de terciopelo o seda negra de manga larga, abotonada hasta el cuello y con abalorios y cuentas negras. Saya de paño rojo o amarillo con cintas negras o dibujos de pasamanería en la parte baja, completado con delantal corto y negro de seda, con puntillas y abalorios. Bajo las sayas “los picos”, que eran los calzones y enaguas rematadas en puntillas caladas o bordadas. Zapatos negros y medias blancas con calado. Como aderezos, pendientes y broches, así como agujas para el pelo, peinado con raya en medio, tirante y recogido en un moño, que cubren con un pañuelo negro. Y sobre los hombros un mantón bordado, de forma triangular que cae en pico a la espalda y se recoge por delante con un alfiler a la cintura.

 

Actualmente, en la celebración del Baile de la Virgen en fiestas, visten estos trajes las niñas y las mayordomas de la Virgen, así como algunos jóvenes los blusones.


Galería de Imágenes

Comparte esta Página